En un entorno salvaje, las imponentes ruinas del castillo fortificado del siglo XIII, fortaleza militar de los Borbones, son objeto desde hace 50 años de trabajos de conservación realizados por campos de trabajo de voluntarios.
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Construido en el emplazamiento de un antiguo castro galo-romano, Montgilbert perteneció a la familia Saint Gérand, que debió, si no construir el castillo, al menos restaurar una fortaleza anterior entre 1200 y 1215.
A finales del siglo XIII, pasó a la familia Aycelin de Montaigu-Listenois, y después, por matrimonio, a la familia Vienne. En 1434, en plena Guerra de los Cien Años, Carlos de Borbón alquiló el castillo a Rodrigue de Villandrando, un sanguinario mercenario castellano que hizo...