Passage Giboin

Muchos de estos pasajes se han establecido entre el centro comercial y el barrio del balneario. Cada uno es único, con tejados de cristal, tiendas anticuadas, adoquines...

Vichy es el epicentro comercial de toda la región. Comprador compulsivo o sensato, siempre encontrará un buen motivo para venir a Vichy, aunque sólo sea para pasear por sus numerosos parques sombreados y para ir de sorpresa en sorpresa, si siente el más mínimo aprecio por la arquitectura Belle Époque, Art Nouveau o Art Déco.

Para aquellos a los que les gusta combinar lo práctico con lo placentero, Vichy cuenta con numerosas tiendas en las que el continente rivaliza con el contenido: floristerías y farmacias (rue Wilson), confiterías (rue Montaret y rue Georges-Clémenceau), boutiques de moda (rue Wilson)...

En Les Marocains, la confitería más antigua de Vichy (1870), nada ha cambiado desde Napoleón III. Le encantará la decoración de la Belle Époque, sobre todo la puerta de cristal grabada André Prugnière (nombre del artesano que la diseñó hace más de 140 años) que da al obrador. Licores insólitos como el melón, la fresa silvestre o la absenta de Vichy alegran la tienda. Todo está hecho a mano según recetas transmitidas de generación en generación, como los deliciosos bombones que requieren tres pasadas por las manos del chocolatero. Por supuesto, se irá con una caja de "marocains", la especialidad de la casa desde la noche de los tiempos: un caramelo de mantequilla y nata, suave por dentro y duro por fuera.

Patrimonio de la UNESCO
Tiene el encanto y el caché de los pasajes parisinos, esos microuniversos dedicados al slow-shopping, con ese je-ne-sais-quoi de lo acogedor y ese toque extra de patrimonio, creando un ambiente deliciosamente anticuado. El Passage Giboin es un eslabón improbable entre dos ciudades: Vichy les bains y el centro comercial; entre dos templos: la iglesia Saint-Louis y el Casino.
Del lado del Casino, el pasaje atraviesa la fachada del antiguo Hôtel Mombrun, como demuestra la corona de la entrada, con el monograma HM. En el lado Saint-Louis, la arquitectura metálica le confiere un aspecto diferente, dándole el aire de una gran estación de ferrocarril parisina.
Construido en 1888, los planos del arquitecto Antoine Percilly muestran 21 pequeñas tiendas en el pasaje, cubierto por un techo de cristal que descansa sobre un armazón de hierro forjado sostenido por columnas de hierro fundido, originalmente iluminado por farolas de gas.
El Pasaje siempre ha sido uno de los puntos neurálgicos del comercio de Vichy, y en los últimos años ha acogido a una nueva generación de comerciantes y artesanos que, enamorados del ambiente del Pasaje, colaboran para reforzar su identidad y perpetuar el carácter excepcional del lugar.

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