Pasaje GiboinPasaje Giboin
©Pasaje Giboin|Cindy Michaud
desde 1906

Compras dominicales

Si Vichy es hoy atractiva, no ya con una clientela exógena que hizo la riqueza de la ciudad termal, sino con las poblaciones autóctonas (Clermont-Ferrand, Thiers, Moulins, Roanne, Lyon…), la ciudad lo debe seguramente a la ley del 13 de julio de 1906 sobre el descanso dominical y en todo caso a las derogaciones que autoriza su estatuto de estación termal.

Un centro de la ciudad

Abierto los domingos

Es un lugar donde se puede encontrar lo mejor de lo mejor en el mundo, y donde se puede encontrar lo mejor de lo mejor en el mundo. Aquí todo (casi todo, digamos) cabe en un gran pañuelo de bolsillo: un triángulo atravesado por carriles peatonales y pasajes cubiertos en su mayor parte y delimitado por tres calles en las que, en cuanto llega el buen tiempo, el señor y la señora Everyman comprueban su estatus social en la sombra que proyecta su coche sobre los escaparates!

Los cuatro caminos

Las terrazas...

Esta cohabitación de peatones y coches sigue haciendo las delicias de las multitudes que, una vez aparcado el coche, se encuentran en uno de los cafés de la esquina de la calle Lucas (frente al centro comercial, construido en el emplazamiento de un antiguo hospital militar) y la calle Georges-Clémenceau, dos vías muy estratégicas.

Los cuatro caminos

... y un centro comercial

Tal y como está situado, el centro comercial Quatre-Chemins, en el cruce de las calles Lucas y Georges-Clemenceau, en el eje de la calle de París, no podrá pasar por alto este edificio de cristal y acero, o tendrá un jabalí en el ojo. Es una broma, pero el otro día se encontró un jabalí perdido en el lavadero de un famoso palacio de Vichy.

Eres más bien...

¿Compras? ¿Caminando? ¿Ambos?

Y ahora que el escenario está preparado, es el momento de las compras. Vichy es el verdadero epicentro comercial de toda la región. Ya sea un consumidor compulsivo o racional, siempre encontrará un buen motivo para venir a Vichy, aunque sólo sea para pasear por sus numerosos parques sombreados y para ir de sorpresa en sorpresa; si tiene alguna sensibilidad por la arquitectura de la Belle Époque, el Art Nouveau o el Art Déco.

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